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1. No empujes para iniciar o terminar de orinar.

La micción es un proceso fisiológico y debemos relajarnos tanto para que la orina empiece a salir como para terminar de orinar. El ir con prisas no es un buen amigo a la larga de nuestros esfínteres y nuestra vejiga.

2. Tampoco realices esfuerzo en la defecación.

Un esfuerzo mantenido en el tiempo cada día para ir al baño, puede hacer que tus órganos vesicales desciendan, además de congestionar la zona anal pudiendo aparecer las tan temidas hemorroides.

3. No hagas pipí de por si acaso.

Ir al baño antes de salir de casa aunque haya ido hace media hora por si me entran ganas después y no estoy en mi baño es un error que cometemos muy a menudo y puede perjudicar a la larga porque estamos haciendo que la vejiga se adapte a volúmenes pequeños. Utiliza prendas y compresas respetuosas con tu zona genital.

4. Trata de utilizar telas que transpiren para evitar que la zona genital esté constantemente húmeda y en caso de que se moje, cambiala más a menudo.

5. Intenta orinar después de mantener relaciones sexuales.

La uretra de la mujer es muy cortita y en las relaciones sexuales, con el roce podemos trasladar bacterias de la zona anal a la genital muy fácil. Orinar tras las relaciones ayuda a que si hay alguna bacteria en la zona, podamos eliminarla.